Antiga seu d'unió republicana - Español
ANTIGUO CENTRE D’UNIÓ REPUBLICANA
El antiguo Centre d’Unió Republicana, situado donde actualmente está el ayuntamiento, es un edificio que se empezó a construir en 1913. Al año siguiente el diputado Joan Moles lo inauguró y entró en funcionamiento. Las fachadas, de estilo modernista, fueron diseñadas y edificadas por el maestro de obras arbequino Sisquet del Sumalla. La principal, que data de 1931, conmemora la proclamación de la República y fue inaugurada en 1932 por el presidente de la Generalitat de Catalunya Francesc Macià en un acto multitudinario.
La creación de esta sociedad política, cultural y recreativa y la construcción de esta edificación surgieron a raíz de varias reivindicaciones de mejoras sociales en el campo catalán tras los acontecimientos de julio de 1909, cuando en Arbeca se produjo un fuerte movimiento revolucionario con la quema del tren a La Floresta y la represión posterior. Durante la construcción del edificio los miembros de esta sociedad, de tendencia progresista y republicana, se reunieron en el Cafè del Menso, situado en la plaza Major.
Este centro, del que formaban parte la mayoría de familias del municipio, se convirtió en un espacio de encuentro y de difusión de ideas progresistas, y fue un punto de referencia para aquellas personas que deseaban un cambio en las estructuras conservadoras del momento. Los socios del Centre Independent, de ideas conservadoras, pusieron el sobrenombre de “la Rampinya” a la Unió Republicana porque consideraban que fomentaba una ideología colectivista.
El centro organizó durante muchos años actividades culturales, conferencias y debates sobre cuestiones sociales y políticas, además de actividades lúdicas y deportivas para fomentar la cohesión del municipio. También acogió una escuela para niños, con maestros financiados por la entidad y por los mismos alumnos. Cada domingo, en la explanada que había frente al local, hoy la plaza Generalitat, se ofrecían sesiones gratuitas de cine y se podían escuchar las noticias por el aparato de radio, instalado poco después de la construcción del inmueble. Los artistas y aficionados locales llevaban a cabo varias representaciones teatrales cada cierto tiempo y un conjunto de músicos del pueblo amenizaba sesiones de baile en ocasión de las fiestas.
Tras la proclamación de la Segunda República y sobre todo a raíz del estallido de la Guerra Civil (1936-1939) algunos sectores más radicales como la CNT-FAI abrieron otras sedes sociales. La sede de los republicanos, que se convirtió en un espacio muy politizado, se puso al servicio de la causa republicana y fue escenario de muchas reuniones y asambleas.
Cuando el ejército de Franco entró en Cataluña y llegó a las puertas del Segre, la proximidad de Arbeca con el frente convirtió las dependencias del edificio en hospital de sangre. Al tratarse de un hospital de primeros auxilios el flujo de soldados heridos era continuo. Los que no sobrevivían eran enterrados en una fosa común cerca del cementerio viejo. Muchas jóvenes del pueblo se ofrecieron como enfermeras voluntarias y muchos jóvenes que no estaban en el frente colaboraron como camilleros transportando heridos.
Con la entrada de los franquistas en enero de 1939 el edificio fue confiscado por la Falange y todos los emblemas del casón fueron derribados y eliminados del interior y de las fachadas exteriores. Sus instalaciones pasaron a ser las oficinas de la Falange, del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina que llevaban a cabo allí actividades de instrucción militar y adoctrinamiento fascista para jóvenes y adolescentes.
Durante los años de dictadura, el recuerdo de este espacio fue silenciado y olvidado hasta la restauración democrática. El edificio sufrió importantes destrozos por las nevadas del año 1944 y posteriores y una buena parte quedó prácticamente inservible. En 1948, estando el edificio en mal estado, el Juzgado de 1ª Instancia de les Borges otorgó la propiedad del inmueble a unos antiguos socios acreedores de la entidad, que lo pusieron a la venta en 1949. Fue adquirido por una familia de la Floresta, que pretendía derribarlo para construir viviendas. Finalmente, el Ayuntamiento de Arbeca lo pudo comprar y en 1961 trasladó allí las oficinas municipales que hasta entonces habían estado en el antiguo hospital.
Entre los años 1984 y 1985 se remodeló todo el edificio, del que se conservaron las fachadas. Se construyeron la sede del Ayuntamiento, las oficinas municipales y la biblioteca, a las que se accedía por la fachada principal de la calle, y la parte posterior se destinó a otros equipamientos municipales que han ido variando según las necesidades. Recientemente se han realizado obras de mantenimiento, mejora y reforma para favorecer la accesibilidad.