EL HOSPITAL VIEJO

 

El Hospital Viejo es una construcción que data de alrededores del año 1518 y que fue obra del maestro de obras Pere Polo, de Lérida, quien trabajaba para los duques de Cardona. El edificio era el hospital de pobres y enfermos. Este edificio fue parcialmente destruido en 1640, durante la Guerra de los Segadores, y quedó nuevamente reconstruido en 1696.

El edificio se mantuvo hasta mediados del siglo XIX gracias a las aportaciones realizadas por la parroquia del pueblo y por el ayuntamiento, y a los beneficios que se obtenían con el arrendamiento del corral que había en la parte posterior del edificio. Durante este siglo XIX el hospital estaba totalmente ocupado como consecuencia de las enfermedades provocadas por el hambre que sufrían los arbequinos a causa de las sequías y de la muerte de los olivos. En 1846 el hospital fue desmantelado y trasladado a les Borges Blanques.

El Hospital Viejo quedó en desuso como tal, pero se siguió utilizando para dependencias municipales. Hay constancia de que durante la década de 1920 el ayuntamiento anunció que había una vacante para cubrir la plaza de hospitalero, por lo que cabe suponer que el edificio recuperó sus antiguas funciones. En aquel momento también había, en el piso de arriba, el parvulario de la escuela y el juzgado municipal. En la planta baja se encontraban la vivienda de la familia que se hacía cargo del hospital y las salas y habitaciones donde se atendía a los pacientes. En la parte posterior había un albergue para hospedar a vagabundos.

Al tratarse de dependencias municipales, durante aquel periodo las elecciones se celebraban en el piso superior del hospital, donde estaba el parvulario. Las elecciones de 1936 fueron las últimas que se celebraron en aquel espacio.

Durante la Guerra Civil la población de Arbeca fue bombardeada en varias ocasiones y el denominado Hospital Viejo no se salvó de las bombas. Aunque desde la Segunda República ya no ejercía las veces de hospital, sí acogió a varios heridos que llegaban al municipio procedentes del frente. Durante el conflicto, el edificio contiguo, la sede de Unió Republicana, fue hospital de sangre, pero a partir de 1938 el número de heridos que llegaban del frente del Segre y de la batalla del Ebro era tan elevado que tuvieron que utilizarse también las dependencias del Hospital Viejo para acoger a todos los damnificados. Así pues, se utilizó como centro de soporte y asistencia médica durante este periodo hasta el 9 de enero, fecha en la que los nacionales ocuparon la población. Por tanto, es evidente que allí se produjeron algunas bajas de soldados malheridos del frente que, probablemente, fueron enterrados en la fosa común del Cementerio Viejo.

Al terminar la guerra y teniendo en cuenta que el ayuntamiento de la plaza Major había sido destruido, las nuevas autoridades trasladaron a este edificio las oficinas municipales, donde, además de la vivienda del secretario, se reservó un espacio como cárcel, a causa de las detenciones motivadas por la fuerte represión que los vencidos sufrirían en aquella época.

El ayuntamiento se mantuvo en el edificio hasta principios de la década de 1960. En aquellos años las obras del trazado de la carretera C-233 a su paso por el interior del pueblo obligaron a recortar y a derribar una parte de este edificio. La actuación echó abajo una parte de la fachada y le restó funcionalidad. El Consejo Municipal decidió trasladar el ayuntamiento al edificio de la antigua Unió Republicana, que acababa de ser adquirido por el ayuntamiento.

El antiguo hospital se puso a la venta y fue adquirido por una familia del municipio que lo utilizó como vivienda hasta 2018, cuando pasó nuevamente a ser propiedad municipal.